Cada 20 de marzo se celebra el Día Mundial de la Felicidad, una iniciativa de la ONU que nos recuerda la importancia del bienestar como un objetivo fundamental en la vida. Sin embargo, en una sociedad donde a menudo se asocia la felicidad con el éxito o la acumulación de bienes, es importante preguntarnos: ¿qué es realmente la felicidad y cómo podemos cultivarla desde la psicología?
¿Qué es la felicidad?
Desde la psicología, la felicidad no se entiende únicamente como un estado de euforia pasajero, sino como un bienestar duradero que se construye a lo largo del tiempo. La Psicología Positiva, impulsada por Martin Seligman, propone el modelo PERMA para comprender los pilares fundamentales del bienestar:
- Emociones positivas: desarrollar gratitud, alegría y satisfacción en la vida cotidiana.
- Compromiso: participar en actividades que generen concentración y disfrute, lo que se conoce como «estado de flujo».
- Relaciones positivas: rodearse de personas que aporten apoyo, afecto y conexión genuina.
- Propósito y sentido: encontrar actividades y metas que otorguen un significado profundo a la vida.
- Logros y satisfacción personal: establecer y alcanzar objetivos que refuercen la autoestima y la confianza en uno mismo.
Mitos sobre la felicidad
A lo largo del tiempo, se han construido ciertas ideas erróneas sobre la felicidad que pueden generar frustración y expectativas poco realistas:
- «Seré feliz cuando consiga lo que deseo.» Muchas personas creen que la felicidad está en el futuro, vinculada a metas como obtener un mejor trabajo, comprar una casa o encontrar pareja. Sin embargo, la felicidad no debe depender de factores externos, sino del bienestar que se cultiva en el presente.
- «Las personas felices no tienen problemas.» La felicidad no es la ausencia de dificultades, sino la capacidad de afrontarlas con resiliencia. Incluso en momentos difíciles, es posible encontrar bienestar a través de la gestión emocional y el apoyo social.
- «La felicidad es un rasgo de personalidad.» Si bien hay personas con una predisposición genética a ser más optimistas, la felicidad no es un rasgo fijo. Se trata de un estado que puede fortalecerse mediante hábitos y estrategias psicológicas.
Estrategias para fomentar la felicidad
Desde la psicología, existen diversas prácticas que pueden ayudar a mejorar el bienestar emocional y construir una vida más plena:
- Practicar la gratitud: Enfocarse en lo positivo, en lugar de centrarse en lo que falta, permite desarrollar una mentalidad más optimista.
- Fomentar relaciones saludables: El apoyo social y la conexión con otras personas son factores clave en la felicidad.
- Vivir el presente: Muchas veces, la ansiedad surge cuando la mente está demasiado enfocada en el futuro. La práctica de la atención plena ayuda a disfrutar el momento.
- Cuidar la salud mental y física: El ejercicio, la alimentación equilibrada y el descanso influyen directamente en el bienestar emocional.
- Ser amable con uno mismo: Reducir la autocrítica y fomentar la autocompasión mejora la autoestima y la sensación de bienestar.
Conclusión
La felicidad no es un estado permanente ni un objetivo a alcanzar, sino un proceso que se construye día a día a través de nuestras elecciones y hábitos. En este Día Mundial de la Felicidad, es un buen momento para reflexionar sobre qué acciones pueden contribuir a nuestro bienestar y al de quienes nos rodean.